El 4 de mayo de 1894, los locales retaron a los británicos a un partido; este evento despertó gran expectación y tuvo una gran afluencia de público. Los británicos ganaron por cinco goles, tras lo que invitaron a los vizcaínos a pollo asado, a modo de consuelo. La tónica del equipo hizo que desde el club se realizase un esfuerzo económico por la sección, y se contrató al exjugador del club Pablo Laso como entrenador.